Actualmente los trabajadores quieren sentir que tienen un propósito en sus empleos, y cada vez más empresas apuestan por dar un mayor significado al trabajo que estos desempeñan. Pero ¿en quién recae la responsabilidad de crear esta intención? ¿En la organización o en el empleado? La respuesta es: en ambas partes.

Los aspirantes a un puesto deben asegurarse que aplican a una compañía cuyos valores están alineados a sus procesos y objetivos.

Por su parte, las organizaciones deben proveer a los trabajadores todas las herramientas necesarias para su buen desempeño y desarrollo, sin olvidar las medidas socialmente responsables.

Es así como las denominadas “empresas que quieren cambiar el mundo” están generando mejoras en la cultura organizacional: estableciendo una sinergia entre todos sus integrantes.