Productividad y Responsabilidad Social: la dualidad de los Sistemas de Calidad.

 

Por: Tanya Carrillo, Gerente de Calidad y Responsabilidad Worken.

Actualmente muchas compañías exitosas se encuentran en transición para crear sinergias entre su productividad y la responsabilidad social en todos los niveles corporativos. Se empieza a dejar de lado el método tradicional para dar pie a nuevos sistemas de producción que no solo satisfagan las necesidades de sus clientes, sino las superen sin perder de vista el ámbito social.

Las normas internacionales de calidad y los últimos estándares apuntan a que las organizaciones reconocidas por la calidad de sus productos y/o servicios, funcionan con eficacia, con método y con sistema, dentro de un modelo que dé garantía al cliente.

El psicólogo Erich Fromm destaca que “la productividad efectiva se logra cuando el hombre tiene una relación entre sus responsabilidades, la conquista de su tiempo y la libertad”. Esto nos lleva a pensar que la Calidad y la Productividad se lograrán en conjunto, sin perder de vista estos componentes que además de ser una necesidad constante, son la base de la rentabilidad de cualquier empresa.

La calidad en el sistema productivo no es más que identificar las necesidades del cliente, medirlas y poner un precio. Tendremos que prever que estas pueden cambiar en un futuro cercano y que la competencia puede superarnos en costos y resultados.

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Deming Edwards, en su libro Out of the crisis, nos detalla una serie de puntos que las compañías deben cumplir para permanecer en el negocio, ser rentables y  lograr que cada puesto y cada área produzcan servicios de alta calidad. Habrá que comenzar con la “Planeación”, ese lapso donde todos los involucrados convergen y discuten las posibilidades de llevar a cabo determinado proyecto, donde las expectativas se fusionan en un fin común. Llevarla a cabo en todos los niveles nos va a permitir conocer qué objetivos queremos alcanzar, cuáles son nuestros recursos, qué grupos de interés se verán afectados y cuáles son las estrategias utilizadas para lograr el éxito. 

Posteriormente se deberá monitorear el avance de estos objetivos y hacer cambios de estrategia si es necesario. Es así como se inicia un camino bastante beneficioso para la compañía en todos los niveles; un rumbo que sin lugar a dudas el cliente agradecerá y los colaboradores sentirán que su esfuerzo es reconocido y valorado,  pues es posible fortalecer la confianza adoptando prácticas de bien común bajo los estándares de calidad más estrictos y reconocidos.

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